miércoles, 20 de marzo de 2013

Katniss III

Me quedo mirándolo, la verdad no pega nada que esté aquí. ¿Estará de paso? Detrás de ella veo a alguien que hace que mis entrañas se retuerzan y tenga ganas de vomitar la bilis de mi estómago: Snow. Sigue igual que siempre, sus labios hinchados y su rosa blanca recién cortada en la solapa.

Me levanto del suelo y camino hacía ellos, no me hace ninguna gracia que estén en el 12 después de todo el daño que ha causado a mi pueblo desde los bombardeos.

- ¿Qué hace aquí?- pregunto de manera brusca, Seneca me mira sorprendido por cómo le he hablado a su tan amado presidente.

- ¿Qué modo es este de tratar a viejos amigos?- dice Snow con un tono amistoso que hace que frunza el ceño.

- Usted lo ha dicho, amigos, cosa que no somos - miro a Seneca que anda observando la miseria de las personas de la Veta- ¿Le gusta lo que ve, Crane?

- No sabía nada de esto- dice con voz queda.

- Hay tantas cosas que vuestro querido presidente os oculta- murmullo y miro a Snow desafiante.

- Señorita Everdeen si tiene algo que decir, dígamelo en privado- el presidente camina en dirección de la alambrada- Señor Crane, quédese aquí. Creo que la señorita Everdeen no querrá perder su preciada vida.

Seneca se queda parado mirándome, lo miro con una ceja alzada y camino detrás de Snow.

- Lo que tenga que decir dígalo rápido- me dice nada más llegar al límite del bosque.

- No toleraré que le haga daño a mi familia, ya lo hizo una vez, no le voy a dejar que lo haga una segunda vez.

- ¿Eso es todo?- me mira entrecerrando sus pequeños ojos de serpiente.

- Sí, no sé porque le ha dicho a su vigilante jefe que se quedará al margen. Tarde o temprano se dará cuenta de cómo es usted- lo miro con profundo asco.

- Hasta entonces será mi perro más fiel- ríe cosa que hace que me estremezca.

- ¿Eso es para usted? ¿Una mascota? ¿Qué hará cuando se canse de él? ¿Lo convertirá en avox o lo matará?

- ¿Ha terminado ya de marearme, señorita Everdeen? - me pregunta mientras se acerca la rosa a la nariz y la huele.

- Contésteme.

- No está en posición de exigir nada- me da la espalda y camina hacía Seneca- Nos veremos querida señorita Everdeen- pulsa un botón y aparece la escalera de un aerodeslizador, ambos suben y me quedo sola mirando el sitio donde antes estaban.

Decido ir al bosque a pensar, siempre me ayuda. Acabo de pasar por la alambrada cuando un sonido hace que me quede quieta.



Delante de mí aparecen, no uno sino por lo menos veinte mutos, como los de mi primera arena. Antes de darme cuenta me encuentro corriendo de vuelta a mi casa con varios detrás de mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario